domingo, 27 de septiembre de 2015

Madrid



Que alguien toque la guitarra
en un afán de verse y que le vean.
Que alguien toque la guitarra,
y que no sepa, que alguien escribe versos a sus notas;
¿Qué dices, Madrid? ¿Echamos otro pulso a la melancolía?
No me importa que el vacío me detenga.
Y aquí sentada, anhelando cualquier melodía que me transporte
hago oídos sordos al ruido que me hace inmune a ti, Madrid.

Luz de Madrid noche,
que revelas la naturaleza de los cuerpos embriagados, 
que sopesas con distancia la lactancia de niños olvidados, 
en tu mundo, no existen chinos, negros o mulatos.
A tu luz, todos los gatos son pardos.

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