Con permiso de E. A. Poe
"Una vez, al filo de una lúgubre media noche,
Mientras débil y cansada"
De una dura jornada
Escuchaba tus reproches:
Que a qué horas llegas de la noche,
Que si no haces la colada,
Que me llamas demasiado,-o no me llamas-,
Que a qué se deben los escotes...
Agotaste mi paciencia, llegaste al tope,
Y en alto, grito, claramente:
NUNCA MÁS.
Y me gritas:¡Cuervo!
Y silencias mis palabras,
Y yo, con las manos desatadas
Te maldigo y me empodero,
Y le digo al mundo entero:
NUNCA MÁS.
Y vuelves, insistente y fiero,
A intentar acabar con mi alma
Y yo, casi ahogada,
Recojo mi aliento.
Me levanto con estos huesos,
Y se encuentran nuestras caras,
Con mi mirada digna y a ti enfrentada,
Tú, me reconoces y encorvas tu cuerpo.
Y grito,
Y grito,
Y grito:
NUNCA MÁS.
Y sabes profundamente que es cierto,
Que ya no habrá un mañana,
Que " nosotros" ya no es nada,
Que quedaron muy atrás los recuerdos.
No esperabas ver respuesta de mi cuerpo
Y me llamas "remilgada",
" histérica ","loca"," exagerada".
Y te miro, y me río de haber sacado pecho,
Y atreverme a decirte,
Desde Aquí y Ahora:
NUNCA MÁS
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