Poesía,
que bebe de sentimientos caducas,
de vida mortal,
de la ambrosía que le ofreces, Mundo.
La emborrachas y perviertes;
y, ella, en los últimos
segundos de consciencia,
te dedica las palabras
pidiendo clemencia
para evitar el hastío desapercibido
que provoca la monotonía.
Poesía,
que se embriaga
con las metáforas que recuerda
de poetas olvidados,
de anacoretas
que creyeron ser lobos esteparios.
Poesía útil.
Poesía anestésica
de lo que perdura de antaño.
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