domingo, 4 de octubre de 2015

"Enamórate de tu existencia"

Vuelve a abrirse el tajo,
la hendidura por la que pasaron más de 100 amantes,

Y a mis ojos,
la psicodelia que habita en el aire
se hace visible,
y no quema.


Vuelven las oscuras golondrinas
a llamar a mi puerta;
aunque el invierno esté cerca,
se atrevieron a esperarme
y a veces, vuelo con ellas.

La vida siempre me gritó:
¡Enamórate de tu existencia!
Y ahora que el eco llega a mi cabeza
vuelvo a oir los susurros de la Tierra,
y con violencia me recuerdan para qué estoy aquí.
En este mundo, en esta ciudad, en este suelo,


y si ahora la Vida me pregunta,
le responderé bien fuerte: SÍ, QUIERO.

sábado, 3 de octubre de 2015

Quiero ser como Ella.

Quiero ser como Ella.

No como de la que tú hablas
en tus poemas "sentidos",
No quiero ser bella, preciosa o bonita.
No quiero tener su cara perfecta,
sus largas piernas o su sonrisa continua.

Quiero ser como Ella,
la que lucha,
la que pinta en sus lienzos con la sangre de su ira.

Quiero ser como Ella,
la que permanece investigando
aunque eso suponga desobedecer.

Quiero ser como Ella,
la que escribe su dolor
por no poder besar a otra mujer.

Quiero ser como Ella,
la que viste un sari rosa,
y se une a sus hermanas.

Quiero ser como Ella,
la bruja que por ver lo invisible a los ojos del resto
quemaron en la hoguera.

Quiero ser como Ellas
las que se arman hasta los dientes
para vengar que las trataron como mierda.

Quiero ser como Ella,
la que escribe las injusticias por ser "ella",
porque la encerraron en un manicomio
para tratar que se convirtiera.

Quiero ser como Ella,
la que trabaja veinticinco horas al día
y todavía le quedan fuerzas.

Quiero ser como Ella,
la que escribió como si fuera "él"
para demostrarle a él
que también cobraban vida sus letras.

Así que, cuando hables de Ella, ten cuidado.
Es más valiosa, de lo que tú te piensas.


"nunca fui buena lanzando mis dados, y la ruleta gira hacia la perdición"





Una puede ponerse diferentes trajes

 y sobrevivir.

Vestirse un día 
con la vergüenza de una mancha en la camisa,
con el miedo hasta en los pasos,
con la seguridad de la muerte
y la levedad de los días.

Era de las que leían manga
y les fascinaba Japón, 
Cubría de negro las ausencias
y me sumergía entre las páginas.

Salía el sol en la mañana
y mi mundo comenzaba 
en cuadernos llenos de tachones
de números a los que no me atrevería a llamar,
y de cafés solitarios mirando al vacío.

Cuando no ocurre ni lo uno ni lo otro,
no es blanco o negro,
ni siquiera se logra advertir.
A veces se acierta, otras tantas se falla,
y en eso consiste vivir.
La ruleta se atasca
y el As de corazones se ríe de ti.

No soy muy de frases hechas
aunque dicen por ahí, 
que "afortunado en juego desgraciado en amores",
y aunque no soy buena lanzando mis dados, 
la ruleta gira hacia la perdición
y es que Jorge Manrique ya lo advertía:
"Cualquier tiempo pasado, fue mejor".

"uno no puede caerse de una montaña"


Esta vez, yo salí corriendo.
No huía de su futuro,
ni me dirigía a mi pasado,
pero salí corriendo.

Sin saber bien hacia dónde ir,
sin sentir que el mundo se opusiera en cada paso,
Fluir con el mundo hacia la nada y el todo.

Cuando subes, y caes
y tienes miedo.

Cuando decides levantarte y subes más, y vuelves a caer,
y tienes miedo.

Cuando te levantas, miras al cielo y subes más alto aún de la cima,
y comprendes:
"uno no puede caerse de una montaña", y saltas
y gritas
y el mundo se hace posible y natural.

Cuando vuelas como Juan Gaviota o brincas y corres como Jack Kerouac.

La montaña no te tira,
La montaña no te hace pequeña,
con los demás vagabundos del Dharma aprendes,
que no puedes caerte de ella.