
la vida no me alimenta, cada vez estoy más vacía, este muro me para, me obliga a sentarme, esperar y pensar...
Cierro los ojos y quiero romperlo,
pero no se rompe con los puños,
sino con recuerdos,
volveré a incorporarme, y alzando mi cuerpo
gritaré tu nombre al miedo,
a mi gran enemigo, a mi gran impedimento,
ni vergüenza, ni trapos viejos.
Destrozaré este bloque de cemento,
¡ahora!,¡ya!...¡no!, aguarda,espera, ¿qué es ese silencio?
la voz de aquel que antaño fue mi compañero,
no lo entiendo...
se suponía que rompería con todo
y caminaría de nuevo,
pero...¡qué ilusa!
caeré en este último intento,
la quietud me invade,
vuelta otra vez a la ausencia de movimiento,
si pudiese eliminarlo...
si se cumpliese ese deseo.
Esta vez me tumbo,
y tomando aire,
expiraré cuando llegue el momento,
le atraparé y se llevará
hasta el último de mis atrofiados huesos.
Cuando te vea otra vez, volveré a sufrir esto,
hasta entonces, me quedaré en el suelo,
luchando con mis versos.
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