viernes, 25 de febrero de 2011

No me mires,
No hagas que me sienta mal.
No dejes que mis lágrimas
Excusen mi inutilidad.
Por favor, siénteme,
Déjame estar a tu vera;
Tócame,
Haz que no sienta la tristeza.

Haz que sienta tus latidos en mi pecho.
Haz que tu pelo, se entrelace con mi pelo.
Que tu mirada se mantenga fija en mi cuerpo.
Tus manos rodeándome,
Tu boca acariciándome,
Tu figura en mi cabeza y a mi lado,
Desahogando este sentimiento
Que me mata y enloquece…
Quiero ver que hay al otro lado,
Donde va todo aquel que sus límites ha pasado,
Donde toda persona que conozco, ha estado
Por favor….
Por favor…
Déjame jugar con tus dedos,
Con tus brazos y sin miedos…
Convénceme de que este mundo es verdadero,
Y que lo que me haces sentir será duradero…
Un estado paralelo
Hasta el final de los tiempos,
En el que estamos sólo tú, yo,
Y nuestros besos.
Noirelarme...

jueves, 17 de febrero de 2011

H.



"Ser o no ser. Esa es la cuestión. ¿Qué es más noble? ¿Permanecer impasible
ante los avatares de una fortuna adversa o afrontar los peligros de un turbulento mar
y, desafiándolos, terminar con todo de una vez? Morir es… dormir… Nada más. Y
durmiendo se acaban la ansiedad y la angustia y los miles de padecimientos de que
son herederos nuestros míseros cuerpos. Es una deseable consumación: Morir…
dormir… dormir… tal vez soñar. Ah, ahí está la dificultad. Es el miedo a los sueños
que podamos tener al abandonar este breve hospedaje lo que nos hace titubear, pues
a través de ellos podrían prolongarse indefinidamente las desdichas de esta vida. Si
pudiésemos estar absolutamente seguros de que un certero golpe de daga terminaría
con todo, ¿quién soportaría los azotes y desdenes del mundo, la injusticia de los
opresores, los desprecios del arrogante, el dolor del amor no correspondido, la
desidia de la justicia, la insolencia de los ministros, y los palos inmerecidamente
recibidos? ¿Quién arrastraría, gimiendo y sudando, las cargas de esta vida, si no
fuese por el temor de que haya algo después de la muerte, ese país inexplorado del
que nadie ha logrado regresar? Es lo que inmoviliza la voluntad y nos hace concluir
que mejor es el mal que padecemos que el mal que está por venir. La duda nos
convierte en cobardes y nos desvía de nuestro racional curso de acción."

domingo, 6 de febrero de 2011


De la vergüenza, el sol se da la vuelta cada amanecer...